ERSA es la única fábrica de armas del país, que produce unas 90 mil pistolas que son exportadas a 36 países, entre ellos, Estados Unidos, el mayor comprador. Emplazada en Ramos Mejía, la firma espera la mayor facturación de los últimos diez años “Son un mal necesario”. Benso Bonamidami, uno de los tres socios fundadores de BERSA, que explica con su visión particular la cuestión moral que subyace en torno a su negocio: las armas de fuego. “Si alguien toma un auto y provoca un accidente, las marcas no pueden hacerse responsables”, compara y prefiere destacar las características positivas de la única fábrica argentina de armas portátiles en el país que, este año, cumplió 60 años de producción nacional ininterrumpida, motivo de orgullo para la firma y razón por la que abrió sus puertas a la prensa, por primera vez en su historia. Ubicada en Ramos Mejía, en el oeste del Conurbano bonaerense, la empresa cuenta con las máximas medidas de seguridad y un mandamiento inobjetable entre sus trabajadores: “Calidad significa hacer lo correcto cuando nadie está mirando”.